Una vez convertida en señora de Serafín Rubio, millonario sin la noble ascendencia de su esposa, Blanca empieza a disfrutar en demasía del dinero que ahora posee. Entre fiestas religiosas suntuosas, grandes bailes sociales y todo tipo de ocasiones en que pueda mostrar su suntuosidad y gracia superior, Blanca coqueteará con los múltiples pretendientes que la acechan, además de convertirse en inspiración y modelo para las damas limeñas que buscaban destacar en la alta sociedad.
Uno de estos pretendientes, Alcides Lescanti, será su más férreo admirador y motivado además por una apuesta entre amigos – conquistadores también de cuanta doncella les sea apetitosa-, buscará convertirse en amante de la Sra. de Rubio, objetivo que le será imposible de conseguir a causa de la evasión y juego constante de ella.
La relación con Blanca le resulta frustrante a Alcides, quién llega a enamorarse y volverse títere de su amor. Desmoralizado al verse convertido en conquistado y no conquistador, busca deshacerse de su pasión ayudándose de Josefina, una empleada de Blanca cuya inocencia, moral y espíritu bondadoso lo deciden a dejar su vida libertina e inclinan a sentar cabeza.
Convencido entonces del juego que había montado Blanca con él, Alcides decide alejarse de ella y pretender a Josefina hasta convertirla en su esposa. Blanca, quien para este momento se había enamorado de Alcides, trata infructuosamente de reconquistarlo. En medio de todo esto, Serafín Rubio, convertido por influencia de su esposa en ministro de Estado, empieza a tener serios problemas financieros que lo obligan a realizar grandes préstamos e hipotecar sus propiedades.
El despilfarro exorbitante de Blanca lleva a su marido a la quiebra, que junto con el desprecio y las mentiras de su mujer acaban por enloquecerlo. Con seis hijos que mantener, Blanca aún mantiene esperanzas sobre Alcides, a quien visita en su casa para corroborar la noticia de su reciente casamiento con Josefina, que la destroza emocionalmente.
Sin ningún bien ni renta, Blanca se muda a una quinta en la que sobrevive a partir de los fiados y préstamos, hasta que ello se vuelve insostenible. Ante esta situación, y llena de rencor y ansias de venganza hacia la misma sociedad que alguna vez la admiró, se vuelve prostituta y hace de la quinta su lugar de trabajo. Por su parte, Alcides vivirá felizmente su matrimonio y Serafín permanecerá encerrado en el manicomio de la ciudad.
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